Las mejores macetas de mimbre del 2025

El macetero de SCHEURICH hecho con algas marinas trenzadas a mano es ideal para quienes buscan dar un toque natural y original a su salón. Su diseño en marrón aporta un aire cálido y no demasiado llamativo, perfecto para plantas medianas. Además, al ser artesanal, cada pieza tiene pequeñas variaciones que le dan carácter, algo que puede encajar bien si te gusta la decoración con ese rollo único y un poco imperfecto.

Lo práctico está en que lleva un forro plástico resistente, así que no tendrás que preocuparte por regar y que se estropee la maceta ni la superficie donde la pongas. Las dimensiones son bastante compactas (17.78 cms de alto x 22.86 cms de largo x 22.86 cms de ancho),perfecto para rincones sin mucho espacio. No parece sólo decorativo, sino pensado para facilitar el día a día con las plantas. Me parece una opción con personalidad para dar vida al salón sin complicaciones.

Esta maceta trenzada de HMF es perfecta para quienes buscan darle un toque natural y cálido al rincón vegetal de casa sin complicarse. Su tamaño compacto de 14 cm de diámetro la hace ideal para plantas pequeñas o suculentas, y está pensada para ambientes donde se quiere combinar diseño y sostenibilidad. El hecho de que esté hecha a mano con fibras y materiales renovables, desde bambú hasta restos de café, le da un punto innovador y ecológico que no se ve todos los días en este tipo de accesorios.

Además, el marco metálico asegura que la maceta aguante bien sin perder la forma, y el trenzado en tonos naturaleza aporta un aire muy acogedor que encaja con estilos minimalistas o rústicos. Es ligera y manejable, así que moverla o cambiar la planta no es un lío. En resumen, parece una opción práctica y con encanto para quienes quieren una maceta bonita pero sin renunciar a lo sostenible y hecho a mano.

Para quien tenga un rincón con poco espacio pero le guste la jardinería, estas cestas colgantes de garden mile son una opción práctica y decorativa. Miden unos 30,5 cm y vienen con un forro y cadena para colgarlas sin complicaciones. Son perfectas para plantar hierbas, flores o incluso alguna frutilla, lo que da ese toque fresco y colorido que siempre levanta cualquier terraza o balcón.

Lo que mola es que, al estar hechas de ratán, tienen un aire rústico y natural que se integra bien en casi cualquier estilo. Además, al contar con el forro, evitan que la tierra se escape, manteniendo todo limpio. Si buscas añadir vida a tu espacio sin invertir mucho tiempo ni dinero, estas cestas cumplen bien su función y no desentonan dentro de un jardín más elaborado.